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LIBROS DE LA CUARENTENA

Aun cuando la pandemia haya alterado demasiado nuestra vida cotidiana, en cuarentena algo –ojalá mucho– se puede leer. Tengo el agrado y dicha de comentar el libro “Fortuna” de nuestro exalumno Andrés Florit Cento, añadiendo algunos de sus poemas en prosa, o microrrelatos. Para cuando queramos –y encontremos ese espacio de paz interior que permite conectarse con uno mismo y con la lectura– encontrarnos con nuestra literatura. Esperamos publicar algunos comentarios o reseñas de obras relacionadas con miembros de nuestro colegio.

Fortuna, un breve y valioso libro de poesía de Andrés Florit Cento

 

Este breve volumen en prosa comienza recordando parte de la crónica aeronáutica chilena. Los registros histórico-aeronáuticos de Chile consignan que el abuelo del hablante –del autor de Fortuna–, don Amadeo Cento, realiza una ascensión en un globo aerostático, elevándose desde San Bernardo y descendiendo de emergencia –porque comenzaba a internarse peligrosamente en la Cordillera de los Andes– en un lugar desamparado en el fundo Huelquén de Paine, donde fue ayudado por un ovejero que lo condujo a las casas de la hacienda y pudo pasar allí la noche, mientras lo buscaban afanosamente los miembros de la comisión controladora del Aero Club. Pero esta anécdota pudiera quedar solo en eso: un referente del apellido materno del autor y del audaz antepasado. Parte de una crónica histórica. Lo que viene en adelante es una suerte de “crónica poética de lo cotidiano”, el mundo diario desde la mirada del poeta. Este va describiendo hechos comunes, solo que aquí son vistos desde el prisma que los transforma en algo distinto de lo cotidiano: “Cardos y yuyos entremezclados en un pequeño declive sin construir. El viento los mece: están saludando”, “El minúsculo quiltro blanco sigue a su dueña a medianoche hasta que los pierdo de vista”. Para algún lector, por ejemplo, este último texto no es sino una breve estampa, o la pintura de algo, pero si ese mismo se pone en sintonía con el poeta –y así en la totalidad del libro– descubrirá que aquel hecho dejó de ser una simple anécdota, para entrar en los terrenos de lo poético: Un “quiltro blanco” (no otro perro, sino un quiltro…), “medianoche”, una mujer de la que sabemos poco o nada, hasta que ambos se pierden en la noche, mientras que alguien observaba esa escena nocturna, de la que no conocemos más.

No solo en lo cotidiano está la materia poética, sino también en otros espacios de los que se tienen referencias: “Algunos alces en la nieve logran escapar de los lobos, que soportan días sin comer, como los pinos soportan meses de heladas”. Esta imagen de alces en la nieve, de lobos soportando el hambre en ese paisaje blanco (en mi realidad de habitante de Chile, no he visto jamás directamente alces ni lobos), pero sí puedo entender la comparación con los pinos soportando las heladas del invierno (lo que sí conozco).

La experiencia de lo pequeño donde hay reflejos de todo un universo que devela el poeta: “El azúcar cayendo al azucarero, una ráfaga en los álamos”. Seguimos extrayendo de lo cotidiano, esas resonancias que nos llevan en un momento a volver a sentir una ráfaga en los álamos al vaciar el azúcar, en un acto de la cotidianidad de la casa.

En algún momento, el hablante retoma el tema del aeronauta don Amadeo Cento y escribe, ahora en versos: “Miro el busto del abuelo Amadeo/ en el fondo de la pantalla de mi celular./ Murió veinte años antes de que yo naciera,/ antes que mi mamá cumpliera veinte./ Ella conservó una réplica negra de su cabeza/ y desde que tengo memoria está puesta en el living./ Si pudiera hablar con él, le diría que su hija/ le hace cariño a la escultura cuando está sola./ ‘No la borres’, dijo ella al darme este celular./ ‘Hay otra igual, pero blanca, en un museo de Cerrillos./ Tu abuelo es un pionero de la aeronáutica,/ uno de los primeros que anduvo en globo’./ ¿Por qué no he ido a ese museo? No quiero/ que me digan que no saben quién es, que aquí/ no hay ningún busto blanco”. Cualquier glosa de este poema, no alcanza a expresar lo que este es (suele suceder así). Pero aquí está el abuelo legendario, que dejó permanentes huellas en la familia y más allá; el antepasado que es recordado por su descendiente, la madre de este y el orgullo de ella por su padre; el nieto que hurga en sus raíces, pero duda si existirá algo concreto que sea como lo atesorado del mítico aeronauta.

Un sutil sentido del humor se despliega en parte de estos textos, a la vez que una suerte de crítica ante la precariedad de la condición humana. Hay en el volumen, varios de ellos que parece tomados de la realidad misma de un edificio, en que “La Administración” deja algunos recados a los residentes, solicitando que no escupan en el ascensor, no dejen basura en los pasillos, no hagan ruidos molestos, no ofendan a los conserjes ni a otros funcionarios, etc. Aparentemente, podrían parecer solo mensajes comunes en un condominio, pero Florit no apunta a eso. En esos mensajes se revela cómo a veces actuamos, violando reglas básicas de la convivencia humana, y de la belleza, sin duda.

En síntesis, Fortuna de Andrés Florit es un libro en que se mezclan la memoria, el aforismo, el poema breve, la observación poética y, también, algo decepcionada del autor; el humor crítico, a través de una sutil burla o sátira (los mensajes de “La Administración”, sobre los que vuelve más de una vez), y, en lo formal, el cuidado y lo sucinto del lenguaje. Pequeñas escenas, anécdotas plenas de resonancias, poemas en prosa, o quizás microrrelatos, pinturas en miniatura (dos o tres líneas ya construyen la imagen plena), componen este volumen, cuyo autor escribe en relación con el título: “Transformarse en el tipo que tira frases cada vez que se quiebra, como una galleta de la fortuna”. He aquí una clave de este breve y potente libro, leve como una joyita que un buen lector sabrá apreciar; una clave del poeta que tiene la fortuna de poder dar con aquel ángulo estético de la realidad cotidiana, el que la vuelve nueva y sorprendente.

JMR, 22 de junio de 2020

*Andrés Florit Cento (Santiago, 1982), poeta, periodista y editor, ha publicado Juan Florit, caudillo de los veleros (compilación y notas de la obra poética del poeta mallorquín avecindado en Chile, 2006), Poco me importa (poesía, 2009), Materias de libre competencia y regulación (título un tanto desconcertante para un poemario, 2011) y el breve volumen Fortuna (prosa poética, 603, sello editorial de Overol, 2019).

Selección de textos:
Cardos y yuyos entremezclados en un pequeño declive sin construir. El viento los mece: están saludando.
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ESTIMADOS SEÑORES:
A través de la presente, les solicitamos que el carro para traslado de compras que mantiene el edificio al servicio de ustedes sea devuelto a su lugar de origen.
Se ha encontrado este carro abandonado en los pasillos, perjudicando a otros residentes poder ocuparlo. También pueden poner el carro en el ascensor y avisar al conserje para que lo retire, pudiendo ser utilizado nuevamente.
Agradecemos su cooperación y comprensión al respecto.
Atte.
LA ADMINISTRACIÓN
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Hay días en los que el corazón es un yunque pequeño y pesa más que un yunque normal.
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Algunos alces en la nieve logran escapar de los lobos, que soportan días sin comer, como los pinos soportan meses de heladas.
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En las fotos, rara vez soy yo.
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Los que juegan a la pelota y gritan y se ríen a partir de las once de la noche en Romero, el poodle de dos terrazas más abajo que ladra a cada perro que pasa por Romero, los vendedores de gas que golpean los balones y además encienden una alarma a voluntad, las alarmas de los que estacionan en Romero, las motos que aceleran con escape libre activan esas alarmas, el camión de basura que llega a Romero pasada la medianoche.
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No todos los ciclistas del barrio son prepotentes: uno me acaba de dejar pasar.
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El minúsculo quiltro blanco sigue a su dueña a medianoche hasta que los pierdo de vista.
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ESTIMADOS PROPIETARIOS Y RESIDENTES:
Si bien la tenencia de mascotas está permitida, no está permitido el uso de los espacios comunes y jardines por las mascotas. Estas deben salir del edificio.
Esperando su comprensión,
Atte.
LA ADMINISTRACIÓN
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Cristo, Sócrates y la voluntad de sacrificio: ninguna de los dos escribió nada.
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–El álamo es el más alto de los árboles.
–¿Y el alerce?
–También.
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Miro el busto del abuelo Amadeo
en el fondo de la pantalla de mi celular.
Murió veinte años antes de que yo naciera,
antes que mi mamá cumpliera veinte.
Ella conservó una réplica negra de su cabeza
y desde que tengo memoria está puesta en el living.
Si pudiera hablar con él, le diría que su hija
le hace cariño a la escultura cuando está sola.
“No la borres”, dijo ella al darme este celular.
“Hay otra igual, pero blanca, en un museo de Cerrillos.
Tu abuelo es un pionero de la aeronáutica,
uno de los primeros que anduvo en globo”.
¿Por qué no he ido a ese museo? No quiero
que me digan que no saben quién es, que aquí
no hay ningún busto blanco.
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COMUNICADO:
Mediante el presente, se comunica que cualquier tipo de agresión Verbal o Física hecha al Personal de la Comunidad, Administración o miembros del Comité por parte de Residentes o Visitas, será duramente sancionado con Multa y/o denuncias respectiva ante el Juzgado de Policía Local contra el agresor.
Las multas van desde 1 UF a 10 UF.
LA ADMINISTRACIÓN
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El azúcar cayendo al azucarero, una ráfaga en los álamos.
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Ese niño que entró llorando al vagón de la mano de su papá y que no se callaba nunca (un pataleo poco escandaloso pero constante) me pareció horrible; no sé si por lo deformada que tenía la cara de tanto llorar o porque lo encontré parecido al que yo creo que fui.
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SEÑOR COPROPIETARIO INFORMAMOS A USTED QUE LA PISCINA YA ESTÁ ABIERTA A LOS RESIDENTES
En este poco tiempo que lleva abierta la piscina, lamentablemente se ha detectado a menores que “destruyen todo a su paso”. Se insta a los padres que instruyan a sus hijos a ser más cuidadosos con los bienes de la Comunidad.
Se les recuerda que el Conserje no es Mayordomo. Por tanto, no está para los mandados de los residentes.
También se solicita no lanzar desperdicios por las terrazas (colillas de cigarros, papeles, aguas servidas, restos de yogurt, botellas, etc.). EN ESTE PUNTO SE LLAMA A TENER UN POCO DE CULTURA Y CUIDAR EL ENTORNO EN EL CUAL VIVIMOS.
CUIDAR EL ASEO, NO TIRAR ESCUPOS U OTROS FLUIDOS EN LOS ESPEJOS DE LOS ASCENSORES, NO PASAR LAS MANOS, NO BOTAR BASURA EN LOS PASILLOS.
El teléfono de conserjería, por decisión de Asamblea, dejó de ser público y solo es para uso de EMERGENCIA.
NO SE RECIBEN LLAMADAS DE TERCEROS PARA CHARLAS.
Los horarios de uso de herramientas eléctricas y martillos es de Lunes a Viernes de 09:00 a 18:00 hrs., Sábado de 09: a 14:00 hrs., Domingos CERO TOLERANCIA.
Referente a este punto, se insta a los residentes a buscar el departamento que está provocando ruido y avisar a Conserjería. Debe tener en consideración que el Conserje no puede abandonar su puesto por andar buscando la base del ruido.
Está prohibido sacudir alfombras por terrazas y ventanas. Recuerde que hay personas que tienden su ropa en la terraza y les cae la mugre encima de las prendas.
EL PERSONAL DE ESTA COMUNIDAD TIENE CLARAS SUS OBLIGACIONES.
TAMBIÉN SE APROVECHA DE HACER UNA DECLARACIÓN DE PARTE DE LA ADMINISTRACIÓN Y CONSERJES Y ASEO. NOSOTROS NO SOMOS CULPABLES DE QUE UN PORCENTAJE DE RESIDENTES TENGAN MALOS HÁBITOS TALES COMO: BOTAR BASURA EN PASILLOS Y POR LA TERRAZA, ESCUPIR EN LAS PAREDES Y OTRAS COSAS SIMPLEMENTE ASQUEROSAS. ES POR ESO QUE ESTA ADMINISTRACIÓN CREE QUE LA APLICACIÓN DE MULTAS, AUTORIZADAS EN EL REGLAMENTO INTERNO, ES LA MEJOR SOLUCIÓN A ESTE TIPO DE ANOMALÍAS.
SE AGRADECE SU COMPRENSIÓN, YA QUE LAS REGLAS AYUDAN A UNA MEJOR CONVIVENCIA Y A EVITAR INCONVENIENTES Y/O ACCIDENTES.
COMITÉ DE ADMINISTRACIÓN

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